Representa el profesionalismo y la integridad de la policía, así como su compromiso con la protección y el servicio a la comunidad, a través del color que tradicionalmente se ha usado en los uniformes de la policía desde finales del siglo XI.
La tendencia a utilizar el color azul cobalto comenzó en Estados Unidos, cuando la policía de Nueva York adoptó este color para sus uniformes a principios de la década de 1880. La cual se ha mantenido como el color estándar para los uniformes policiales en todo el mundo hasta la actualidad.
El nombre también es un recordatorio de los valores que el instituto busca inculcar tanto en el personal uniformado como en la ciudadanía en general: respeto, justicia y responsabilidad.
Preparar oficiales de policía, servidores públicos y ciudadanos responsables para que puedan servir a la comunidad con integridad, profesionalismo y respeto; creando, promoviendo, fomentando y difundiendo conocimiento nacional e internacional en el sentido más amplio de la seguridad y en línea con las tendencias regionales en materia de seguridad ciudadana.
Desarrollar una cultura de seguridad ciudadana que refleje los valores de respeto, justicia y responsabilidad, contribuyendo al fortalecimiento del Estado de Derecho, la seguridad pública, nacional, ciudadana y/o humana, el ejercicio democrático, el respeto a los derechos humanos, la prevención del delito, la erradicación de violencias y la impartición de justicia en México y en el mundo.
Proveer una oferta educativa de calidad profesional para que puedan desempeñar sus funciones con eficacia y eficiencia.
Establecer una cultura de respeto y justicia en la sociedad.
Fomentar la comunicación efectiva entre los oficiales de policía y la comunidad.
Desarrollar programas educativos para mejorar la toma de decisiones de los oficiales de policía.
Establecer procedimientos estandarizados para el cumplimiento de las leyes.
Promover la inclusión de la diversidad cultural en la seguridad ciudadana.
Establecer una red de colaboración entre los organismos de seguridad pública.
Promover la participación de la comunidad en el desarrollo de políticas de seguridad.
Fomentar la innovación tecnológica para mejorar la seguridad ciudadana.
Establecer mecanismos de evaluación para garantizar la calidad de los servicios de seguridad.